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Junio 22, 2021 - CORRER

Barefooting. Corriendo descalzo

Desde hace más o menos una década, la ciudad de Nueva York vio el nacimiento del barefooting (o andar descalzo por la vida) como una nueva moda con un creciente número de seguidores que aseguran que el contacto con el entorno a través de los pies descalzos, abre nuevos caminos en su comprensión del mundo.

Más allá de conceptos holísticos y filosóficos sobre la tendencia hacia el descalcismo, lo que sí es una realidad es que caminar o correr descalzos (barefoot running), aporta beneficios físicos y kinesiológicos al cuerpo humano, ayudándonos a recuperar una postura natural perdida por la protección que ofrece el calzado deportivo en perjuicio del pie, tobillos, cadera e incluso, la columna misma.

Lo natural es al natural

A propósito de lo anterior, Víctor Alfaro Santafé, podólogo deportivo asesor del Real Madrid CF y la Selección de futbol de España, afirma que la arquitectura del pie –formada por 28 huesos, 33 articulaciones y más de 100 tendones– es "el mejor sistema de amortiguación para la rodilla”, por lo que "lo natural debería ser correr descalzos”.

Esto se explica porque el movimiento natural del pie descalzo es relajado, con los dedos y punta apuntando hacia el suelo, lo que permite que la pisada entre por el frente del pie apoyando de inmediato la zona central. En cambio, en el paso con pie calzado se está forzando innecesariamente al tobillo para mantener la punta elevada entrando en la pisada con todo el peso del cuerpo sobre el talón, impactando de forma no natural las articulaciones arriba mencionadas.

Sin embargo, es un hecho que estas repercusiones no las sentimos, o mejor dicho, no nos percatamos de ellas porque desde nuestro nacimiento, los pies son "protegidos” por todo tipo de zapatos para cualquier ocasión o tarea a desempeñar.

Correr descalzos no es nada nuevo

Pensar que correr descalzo es sólo una moda transitoria de movimientos eco-naturalistas es un grave error. Y con ello no nos referimos a las correrías en tiempos prehistóricos, sino a hechos sucedidos en nuestros tiempos: baste recordar al enorme Abebe Bikila, quien ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma ‘60 corriendo descalzo la prueba de maratón.

Y, sin ir más lejos, los sorprendentes corredores tarahumaras que en la actualidad son un ejemplo para los ultramaratonistas que han aprendido de ellos las técnicas para correr descalzos o con la mínima separación entre la planta del pie y el terreno, como bien lo anota el periodista y corredor Christopher McDougall en su libro Nacidos para correr, referencia obligada para todo amante del running.

Cómo iniciarse en el barefooting

Pero, la verdad sea dicha, correr descalzo no es algo que se consigue de la noche a la mañana. Corredores especializados en el barefooting aseguran que se necesitan, al menos, dos años de constante práctica, comenzando por disminuir el uso progresivo de tenis con suelas elevadas o gruesas plataformas en el área del tacón (talón), acercando cada vez más la planta del pie al piso.

En ese sentido, se han desarrollado zapatillas especiales con suelas de goma o siliconas resistentes, pero mínimas, y con puntas de dedos separados, casi como un guante para pies. Incluso, especialistas como Francisco González, fisioterapeuta, osteópata y runner de pies descalzos, "diseña” su propio calzado con una delgada suela de caucho y una correa de cuero, imitando los huaraches usados por los tarahumaras.

Ahora que si ya estás decidido a experimentar la sensación de correr descalzo, lo ideal es que tus primeros meses sean de trote ligero y distancias cortas sobre hierba, tierra, arena o en pistas sintéticas para absorber impactos, pero nunca sobre asfalto.

Las ventajas del barefooting

Por supuesto que serás propenso a las ampollas, irritaciones y hasta alguna cortada en la planta del pie, pero es lo más natural. Piensa que toda tu vida has protegido tus pies contra las condiciones adversas y ahora, volver a lo natural, tiene su precio, pero también sus ventajas, pues está demostrado que correr descalzo propicia zancadas más cortas que corrigen de forma casi automática la pisada natural, alineando la parte media del pie y el talón reduciendo el riesgo de algunas lesiones y además, tu centro de gravedad bajará a la hora de correr, lo que disminuye la carga de impacto sobre articulaciones.

El barefooting no es una moda, por lo que si decides iniciarte en esta ardua disciplina, debes saber que la voluntad y disciplina férreas deberán ser tus mejores virtudes.


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