La llamada euforia del corredor describe un estado de júbilo resultante de la práctica de ejercicio físico prolongado.
Una de las respuestas que más suele repetir la gente que practica running es la siguiente: “Salgo a correr porque me hace sentir bien”.
Aunque es una afirmación obvia, lo realmente cierto es que hay más de ciencia en esta afirmación de lo que podemos llegar a imaginar.
Nuestro cerebro es el culpable y principal encargado de proporcionarnos una sensación de felicidad, euforia o júbilo que nos acompaña horas posteriores de realizar una sesión completa de running. Pero...¿existe?
Las endorfinas
Las endorfinas son neurotransmisores opioides endógenos que se encuentran conectadas con los receptores en las partes del cerebro asociadas con las emociones (las áreas límbicas y prefrontales) y producidas por el Sistema Nervioso Central como moduladores de temperatura corporal, del dolor, hambre y funciones reproductivas.
Varias líneas de evidencia científica sugieren que las endorfinas desempeñan un papel fundamental en la respuesta defensiva del organismo al estrés.
Además, tienen un rol vital para nuestra salud ya que nos ayudan a estar en calma logrando un estado de felicidad y bienestar, además de mejorar nuestro humor, retrasar el proceso de envejecimiento y reducir el dolor.
Los estudios científicos.
En el 1985 Morgan describe la “hipótesis de la endorfina”, atribuyendo los efectos psicofísicos que se producen en el organism. Hasta el 2008 la única manera de probar si las endorfinas estaban presentes en el cerebro cuando practicábamos actividad física era mediante la punción lumbar. El problema es que con este método resultaba imposible el realizar test a los deportistas pre y post ejercicio físico.
Los estudios que han intentado analizar este fenómeno definen este estado de euforia como una sensación que guarda cierta similitud con la sensación que se genera al consumir ciertas drogas, al tratarse de un efecto bioquímico muy parecido.
Después de realizar una sesión de running, nuestro cerebro es el principal encargado de liberar dichas endorfinas hacia la hipófisis del cerebro, las cuales producen una sensación de júbilo y bienestar en el corredor. La euforia del corredor, lejos de ser un mito, se ha convertido con el paso de los años y con las investigaciones realizadas en un efecto más que probado por la comunidad científica.
La teoría de las endorfinas de la euforia del corredor se basó en un par de observaciones:
Estos hallazgos científicos implicaron al sistema opioide endógeno en la producción de la conocida como euforia del corredor.
En el 2008, se logró medir el nivel de endorfinas con una exactitud mayor tras realizar ejercicio físico intenso. Boecker y colaboradores midieron por vez primera con gran exactitud las endorfinas antes y después de realizar actividad física. Los investigadores confirmaron que las endorfinas son las responsables de ese estado generado después de una sesión de running.
Boecker y colaboradores utilizaron una técnica llamada Positron Emission Tomography (PET). Es una técnica que permite medir la actividad metabólica del cuerpo humano. Este grupo de investigadores alemanes lograron medir la diferencia de endorfinas entre ambos momentos (antes y después del ejercicio) demostrando que tras el ejercicio se podía encontrar más endorfinas que en el momento previo a la práctica de actividad física.
Los datos corroboraron que dichas endorfinas se producen durante el running y que se unen a zonas del cerebro que se asocian con las emociones, en concreto las áreas prefrontales y límbicas. Las mismas que intervienen a la hora de escuchar música o a la hora de enamorarnos.
Este estudio nos ha mostrado que el hecho de correr y practicar actividad física nos hace ser felices, haciendo realidad la conocida como euforia del corredor.